L' AUGE
Todo es bueno en el cerdo, incluso su Auge. Sobre todo cuando está cocido, como aquí, con el broche. En la entrada de Champier se atraviesa el porche de esta casa de aldea para encontrar un aparcamiento privado. Fuera, los niños ya han visto los juegos para abreviar la comida, los adultos, en la terraza a la sombra o en una de las tres salas, ya sienten el buen fulano que se desprende de la rotatividad… Este restaurante, no necesariamente lo mejor, posee una fabulosa colección de pequeños cerdos, 1.000 habitaciones, historia de ser apetito para el cochinillo criado en la granja de la Drevenne en Saint-Gervais, cocido al broche en una rota de dimensiones ogrescas. Se puede pasar gustosamente su propio camino para llenarla primero en el buffet de fuera de obra a voluntad, y luego te podrás conformar con el lechón (o con el barón de cordero, magret de pato, cocido también con broche: …) regado por un San José. Se puede terminar con un merengue, un helado frambuesa y cassis o frutos rojos recubiertos de chantilly. Ambiente familiar y acogedor, ideal para organizar una comida de grupo.
on y est allé un dimanche midi. rien à dire sur l'accueil : simple mais efficace. Le buffet n'est pas mauvais bien qu'extrêmement limité sur le choix. Mais là où ça se gâte, c'est sur la "spécialité du porcelet" : MEGA DECEPTION !!! il était certainement cuit depuis quelques jour, hyper sec ; cela dit, les champignons, haricots verts et gratins dauphinois étaient bons.
quant au dessert, la (mauvaise) cerise sur le gâteau. Si vous voulez une glace, n'espérez ni coulis, ni chantilly et si vous optez pour le vacherin frambroise, vous aurez deux vulgaires tranches posées sur une assiette "à l'arrache"... bref, tout cela pour la modique somme de 25 euros par personne ..... bien trop cher payé