CHATEAU DE GRIGNAN
Este castillo, que domina el hermoso y escarpado pueblo de Grignan, es conocido por acoger las Fêtes nocturnes.
Con vistas al hermoso pueblo escarpado de Grignan, el castillo es famoso por albergar las Fêtes nocturnes, una producción teatral anual de verano (en 2023, L'Avare de Molière, dirigida por Jérôme Deschamp) representada frente a la fachada del castillo. La austera fortaleza medieval se convirtió en castillo de agricultura a finales del siglo XV bajo Gaucher Adhémar, que duplicó el edificio principal y construyó la gran galería y la entrada principal al patio del pozo. Su hijo Louis Adhémar, gobernador de Provenza, construyó la colegiata de Saint-Sauveur, rematada por grandes terrazas y una fachada renacentista. En el siglo XVII, el conde François de Grignan, yerno de la marquesa de Sévigné, lo transformó en un prestigioso palacio, creando el gran vestíbulo, la entrada al patio principal y el ala de los Prelados. Parcialmente destruido durante la Revolución, el castillo estuvo abandonado hasta que Marie Fontaine lo compró en 1912 y se propuso salvarlo de la ruina. Testimonio de la arquitectura renacentista y del clasicismo francés, el castillo fue adquirido por el Departamento en 1979. Se convirtió entonces en monumento histórico y museo francés abierto al público. Los visitantes pueden explorar los pisos, salones, decoración y obras de arte que dan testimonio del estilo de vida de los ilustres que lo habitaron. Actualmente se está llevando a cabo un proyecto patrimonial para restaurar las fachadas de la Cour du Puits y crear una calada. Y si desea visitar los tres castillos (Grignan, Suze-la-Rousse y Adhémar), existen entradas combinadas a precios reducidos.
Il se voit de loin, perché sur son rocher au milieu des lavandes, comme une île. Tout y est "dans son jus", authentique, à l'image des villages plus connus de Provence (Manosque, St Paul de Vence, Grimaud, etc).
Grignan est un dédale de ruelles et de passages, qui serpentent au pied du château (encore très bien conservé). L'atmosphère respire un je-ne-sais-quoi de désuet (en plus des lavandes bien sûr), on s'y croirait plongé au XIX° siècle, dans un roman de Daudet ou de Giono... Très pittoresque.
La région compte en plus beaucoup de sites originaux méconnus pour la plupart : villages perchés, truffes, etc