MADERA PAÏOLIVE

El bosque de Païolive es un lugar único, una fuente de descubrimientos y de imaginación inagotable, una visita que hay que hacer para perderse mejor en medio de una naturaleza de extraña belleza. Decimos perderse, porque aquellos que se desvíen de los senderos marcados -cientos de kilómetros- lo pasarán mal para encontrar el camino a través de este laberinto de rocas de formas inverosímiles y vegetación densa que parece extender los límites del bosque hasta el infinito. Además, algunos biólogos creen que en algunos rincones del bosque de Païolive aún se encuentra el bosque primitivo, ¡el que nunca ha sido alcanzado por el hombre! La zona cubierta por el bosque de Païolive conserva una hermosa unidad geológica que hace su especificidad: zona kárstica - disolución de la caliza por el agua de la lluvia - cuyas rocas ruiniformes ofrecen visiones espectaculares - oso, león, mono, jueces, fantasmas... -, zona que abarca todo el terreno del Jurásico superior en el sur de la Ardèche, Païolive es el equivalente de una causse en el este de las Cevenas. Tres grandes senderos permiten acercarse a este entorno único. El camino de la Virgen es el más fácil y ofrece una visión de las más bellas curiosidades del bosque. El sendero de la Corniche merece su nombre y presenta algunos peligros -acantilados impresionantes- y el sendero de la Ermita es el más largo. Para llegar al corazón del bosque de Païolive, tome la D252. Hay numerosos aparcamientos desde los que parten las innumerables rutas de senderismo.