MAISON SAINT-BRUNO - CHARTREUSE DE SÉLIGNAC
La Cartuja de Sélignac fue fundada en 1202 por los monjes cartujos.
Fundada en 1202 por los monjes chartrosos, la Chartreuse de Sélignac tiene su historia inscrita en la piedra. Rodeada de 180 hectáreas de bosque, ha conocido la presencia de monjes hasta 2001. Desde entonces, retomado por los seculares, sigue su acogida según San Bruno para vivir un tiempo de desierto en la oración. El gran silencio y la soledad de Chartreuse se combinan para dar paso a la meditación. El compromiso es exigente, hay que pasar un mínimo de ocho días dejando atrás el teléfono y el ordenador. Es en una célula de chartrán que el reprocesamiento pasará su tiempo. Si lo desea, podrá ir acompañado de su enfoque con Dios. Es una comunidad con los que están presentes y podrá compartir las oficinas y las diversas actividades: mantenimiento de jardín, limpieza… Piensa que en Selignac hace mucho frío en invierno. Las células están bien calentadas, pero la temperatura de los pasillos y de la iglesia está llena de cero.