Bistro-brocante donde se puede disfrutar de la cocina sureña bistronómica a la carta, acompañada de vinos locales.
El Intramuros tiene aspecto de bistró-triturante con su cohorte de objetos de los años 40 y 50. Cada vez que se vuelve, el ojo está atraído por una nueva pepita entre los puestos de radio, las farolas kitsch, la vieja cocinera de fundición, el solex, las mesas de formica… La carta se presenta en hojas de azulejos del libro de escolares. René-Marc Robert y su hijo Eliot nos regalan con una cocina bistronómica meridional. Apreciamos los antipasti de verduras asadas y siempre se vuelve a las especialidades del chef: el conejo confitado al aceite de oliva, la mejilla de buey de buey, los pies-paquetes y el foie gras durante todo el año. El plato de chocolate galardonado con caramelo de caramelo con leche, fragmento de avellanas caramelizadas, es un ineludible en la carta de los postres y el baba al ron con una crema inglesa casera también tiene mucho éxito. Los vinos son de aquí y de aquí, el servicio es impecable y la música de fondo bastante jazz.
La cuisine atypique est vraiment bonne. Merci infiniment pour votre savoir faire !
(3 étoiles pour la serveuse pas pour le patron obviously)