AU PASSÉ SIMPLE
Sí, el pasado sencillo no suele ser más que los Bescherelle y las novelas de Flaubert, pero entra en Max Thonont, y ve desde adentro cómo combinar el presente con un mueble o un objeto antiguo en casa. No te contentes con admirar las flautas de champagne de cristal en el escaparate, o el servicio de copas de cristal de Baccarat. Venga a descubrir la espalda de una dama del siglo XVIII, en palisandro, y imagínese la correspondencia que salió de su pluma violeta, en la que ella se extasió o lloró… Echa un vistazo al péndulo Capucine de oficial, de latón. Escuche bien… Tic-tac sigue sonando en el presente. Y si eres curioso, le pidas a Max que te muestre su taller en el fondo de su tienda, este inmenso acumulador de tijeras, sierras, collos, maitillas, polvo… este hospital con pequeñas campanas en espera de lifting, muebles rotos, vasos libios… Max, secundado por la señora, vuelve a dar vida a todo. Lo aprendió todo de un viejo ebanista y lo hizo todo. Sus manos son de oro.