PINEAU ROUSSILLE

Tómese su tiempo. En la casa de los Roussille, el sentido de la acogida y la pedagogía sonriente. - se erigen en principio. Aquí se aprovecha rápidamente que jovialidad, cuidado maníaco de la elaboración y calidad de los productos es conciliable. Al cobre rutilante de alambiques, a las barricas patinadas pasando por la simple sala de degustación, los universos son variados, los ambientes cambiantes. Este exotismo se superpone a otro choque, sensorial, éste: la farsa de los pinares. El rojo extra-viejo en las narices, ligero y finamente oxidante evoca los frutos secos y el pan de especia. El rojo deja admirar su magnífico color, profundo y cocido, marcado por la cereza negra y las especias, y ofrece una fina y redonda final. El blanco Extra-Vieux revela bien el estilo casero, entre fineza y plenitud, fruta fresca y larga huella de almendras construye el recuerdo de este bonito blanco. Como se ha entendido, una visita a las Rousille es necesaria tanto para la calidad de los productos, galardonados varias veces desde hace más de 10 años. No olviden el descubrimiento de los diferentes coñacs que te sorprenderán en la evolución de los aromas en función de sus años de envejecimiento.