LE DONJON D'ARDELAY

Convertido en sala de exposiciones, el castillo de Ardelay es uno de los ejemplos más notables de la arquitectura medieval y militar de la región. Sin embargo, durante once siglos, el edificio ha conocido un destino tumultuoso entre duelos, demoliciones y restauraciones. Construido en el siglo XV, el montículo feudal artificial sobre el que se asienta es, sin embargo, más antiguo. Anteriormente, los castillos eran de madera; no fue hasta el siglo XI que la piedra sustituyó a la madera, cuando se fundó el castillo. El torreón de la plaza (catalogado como monumento histórico) servía de residencia a los señores. Sobre el sótano y una cámara de tiro con un cañón y una aspillera, el gran salón, dotado de una chimenea de granito. Una escalera de caracol conduce a las tres plantas. En el último piso, un imponente armazón sostiene la cubierta piramidal, así como las maquinarias y los tirantes visibles en las cuatro caras exteriores. La vivienda, que alberga las exposiciones, fue construida en el siglo XVI y cuenta con magníficas chimeneas de granito. Las dependencias fueron construidas en el siglo XVIII. El castillo de Ardelay ha tenido varios propietarios, desde los presuntos constructores, la familia de Brosses, hasta François de Vivonne. Pero el propietario más famoso fue François de la Rochefoucauld, autor de las famosas Máximas, que recibió el castillo como dote cuando se casó con Andrée de Vivonne en 1627. El edificio fue comprado por la ciudad en 1984. Es posible realizar una visita guiada los días en que las exposiciones están abiertas.