MAISON BERGOUN
Casa en Borce con habitaciones cómodas y decoradas, ideal para peregrinos y excursionistas.
En el pueblo medieval de Borce, la casa Bergoun ofrece cuatro habitaciones a todos los amantes de la naturaleza y a los peregrinos en camino a Compostelle, unos kilómetros antes de la frontera española. A las puertas del Parque Nacional, imagínate el entorno espléndido que te espera y la absolución absoluta en una calma entrecruzada del robo de las aves y del grito de los búhos. Y a pesar de esta verdadera naturaleza montañosa, encontrarás en este alojamiento con encanto todo el confort para una estancia ideal, con incluso wifi. Cada habitación está decorada con gusto, con un espíritu un poco anticuado, un poco antiguo que se asienta en el ambiente de esta antigua casa boutique que data del siglo XI. Apreciamos las colchas coloridas, el mobiliario sencillo pero acogedor y la iluminación agradable. La recepción de Marça y Jan lo es igualmente y nos cruzamos por sus acentos de Chile y de Holanda. La cocina es decididamente local con productos de temporada, huerta: sopa de verduras, melón-jamón, magret de pato, caja de seguridad… ¡Nos conformamos! El desayuno es muy completo, con pan casero, mermeladas, miel, zumos de fruta fresca e incluso si quieres quesos y jamón. La Maison Bergoun acoge a un gran número de excursionistas, se encuentra al principio de numerosos paseos por los Pirineos y cerca de las actividades: paseos, visitas culturales, esquí… Un bonito establecimiento, cerca de la naturaleza y a las h, se respeta el horario de silencio, acompañado por la noche.
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Opiniones de los miembros sobre MAISON BERGOUN
Les chambres sont très bien décorés et propres ainsi que le reste de la maison.
Le repas du soir et le petit déjeuner sont copieux et variés préparés par le propriétaire qui se démène à concocter de bon plats maison.( nous concernant aucun surplus nous a été demandé pour le petit déjeuner de nos 2 enfants geste extrêmement apprécié!!!!).
Pour résumer tout est PARFAIT!
Merci pour ces 3 jours
Desayuno rico y variado y cenas caseras y muy cuidadas. Se nota el cariño que ponen en todo y el buen cocinero que hay detrás.
Los niños disfrutan mucho con la vida de pueblo. Hay juegos en el salón para pasar un buen rato. Una fuente donde se puede beber agua que baja de la montaña. Un bar en el pueblo donde comer crepes.
Si buscas unas vacaciones de súper lujo no es tu lugar. Pero si buscas un alojamiento diferente, donde sentirte como uno más de la familia y vivir una experiencia diferente, es perfecto.
Y si vas a esquiar estás bastante bien situado!! A nosotros nos nevó y la verdad es que el pueblo es de cuento.