Generosas hamburguesas y variedad de platos en un restaurante especializado en carnes a la entrada de la bolera Atlantis.
Si no conoces la raza bovina de origen escocés Black Angus, dirígete al nuevo restaurante a la entrada del Bowling de Atlantis (Bowl Center). Otras razas son también en forma de entrecutas (Aubrac), solomillo (Salers), auténticas hamburguesas, sin olvidar el cordero de Escocia y las aves de los bordes de Loira. La hamburguesa, tradicional o perillera (con foie gras) es generosa: pan especial revestido de mosaicos y cocción del filete conforme a nuestra petición. Además de las patatas fritas crujientes con formas originales, las carnes se acomodan también de ensalada o de aligot que se filtra en su pequeña cocota (acompañamiento a voluntad y servido en pizarra). En cuanto al postre baba en ron tiramisú o panna cota crema de marrón al armagnac, satisfará a los golosos. Una muy bonita bodega deja aparejadas referencias bastante prestigiosas para los vinos y los champanes (incluido el Ruinart). El restaurante, concebido como palacio de cristal, contrasta techos y paredes negras y grises con tonos rojos vivos iluminando el bar y el sótano. El ambiente contemporáneo también se ilustra a través de las lámparas y mobiliario que vienen especialmente de Milán. Aquí hay pequeñas mesas, pero hay grandes mostradores de alturas diferentes que adornan el espacio con todo confort. Un entorno nuevo y agradable, bonito establecimiento para los carnívoros, con una fórmula atractiva a 14,50 euros, bebida y café gourmet incluido.
Opiniones de los miembros sobre BLACK ANGUS
Très déçu par la cuisine, j'ai demandé un paleron, et à la place, m'ont servi de la basse côte ce qui n'a rien à voir qualitativement. De plus très mal cuit, car la pièce était dure. Le plaisir était loin du rdv.
Mais pire encore, le serveur m'a fait payer la note d'une table de 6 personnes, alors qu'on était que trois. Je suis revenu pour me faire rembourser 67€, j'ai attendu 1h pendant laquelle j'ai dû insister pour me faire rembourser la différence, et j'ai été obligé de discuter par téléphone avec le patron qui était complètement bourré.
On peux faire des erreurs, mais quand c'est le cas, il faut réparer sans discuter.
C'est inacceptable ces restaurants qui trompent leur clientèle sur la qualité des aliments cuisinés.
Et pour finir, le morito est écœurant, sauf si vous aimez le sirop de sucre.
A ÉVITER !
Je reviendrai avec plaisir