L'ESPRIT DU TEMPS
Pasear por el laberinto de callejuelas estrechas de Trentemoult es una pura felicidad. Pero a fuerza de contemplar las bonitas casas coloridas que se encuentran allí, sólo hay una buena voluntad: entrar en una de ellas para ver cómo es desde dentro. Por tanto, empuje la puerta del número 20 de la Gran Calle. Un pequeño café asociativo, el espíritu del tiempo, se encuentra en la planta baja, en 2014. Se entra por un bonito porche rojo pateado y te acuestas inmediatamente con el mostrador donde encontrarás repostería casera más que apetecibles. Tarta de limón merienda, cheesecake, galletas, mullidos con chocolate, pastel nantaba… todos los ojos se pueden pedir con los ojos cerrados, es una delicia. Además de un zumo de naranja natural, una limonada, un café italiano o un chocolate gourmet es mejor. Los amantes del té pueden saber que aquí se sirve a la taza, a la media tetera o a la tetera. El espíritu del tiempo dispone de unas veinte plazas en un ambiente íntimo y acogedor; está a la escala de todas las antiguas casas de pescadores que pueblan este pueblo. Los beneficios de los habitantes que desean vivir en su vecindario les permiten organizar talleres (de inglés, italiano, ilustración…), veladas (cortos cortos, exposiciones…). El café está abierto a todos: miembros o no. Última precisión: brunch con reserva.