Restaurante gastronómico con una agradable terraza que ofrece una cocina abierta a orillas del Loira.
Toda una institución en el muelle de Trentemoult, La Civelle, de Vincent y Elisabeth Leduc, se entroniza entre las casas con sus coloridas fachadas. Galardonado con un premio de Maestro Restaurador, el restaurante gastronómico cuenta con una agradable terraza a orillas del Loira donde se puede comer, cenar y relajarse en las tumbonas en verano. En su interior, puede acoger a 160 comensales en cuatro elegantes salones: el salón principal de la planta baja se beneficia de la luminosidad del paisaje gracias a los grandes ventanales. Una sala intermedia con piedra vista conduce a la hermosa bodega con 300 referencias. En la planta superior hay una habitación de 100 m² con, por un lado, vistas a las cocinas abiertas gracias al techo de cristal y, por otro, el tranquilo panorama del Loira... El romántico balcón que da al edificio es el lugar elegido por los enamorados. Los materiales son nobles, los colores cálidos, el lugar es acogedor. Te sientes bien aquí. Acurrúquese en los asientos de cuero negro y déjese guiar por el agua y la inspiración del chef, Franck Hodyk, que utiliza productos frescos para confeccionar sus exquisitas especialidades, para llegar a tierra firme o navegar por el océano y disfrutar, por ejemplo, de su andouillette à la ficelle o su choucroute de la mer au beurre nantais. Accesible en Navibus, este pequeño rincón del paraíso permite alejarse del bullicio de la ciudad, pero al otro lado del río... como dice el lema de la entrada "À la Civelle la vie est belle".
L on me parle du superbe Gâteau Nantais du restaurant, une blague sec, je n sens pas le rhum, le gâteau est à peine imbibé et de plus servis avec une boule de glace (pourquoi pas) dont je cherche encore le goût…donc je commence le dessert le laisse de coté…. L expresso arrive pour clore se magnifique repas, et je n vous le fais pas en mille, même le café est une horreur… En partant pas un geste, pas un mot, même pas le verre de vin offert, ou le café, non rien… Je pense qu ils se foutent des gens…
Alors quoi vous dire pour un dîner en tête à tête à 130€… Et bien passez votre chemin! Même la pizzeria a deux pas fait la différence (humainement) .
Je tiens tout de même à remercier Martin (jeune serveur) qui au demeurant très sympa, même lui ne savait où se mettre… Merci tout de même d’avoir été là, de votre professionnalisme également…