Una dirección a adoptar por su ambiente cálido, su servicio amable y sus pequeños platos a precios reducidos
Los locales, hasta 1983, albergaron una pizzería y luego un lugar dedicado a las profesiones de arte. Vuelven a ser Quincaillerie, pero tranquilízate, el chef es especialista en platos, castillos y ensaladas, lo que vale bastante. Sus fórmulas a precio reducido no anularán la calidad ni la cantidad. El Bol Little Italy, extracto de pesto verde, se llena abonde tomates y pimientos confitados, embutidos italianos, mozzarella y corazones de alcachofas. En cuanto al valle de Irish Stew, cordero y verduras, es desagradable, sabrosa y calienta divinamente en este día frío. Hemos probado la fórmula con café goloso: muy buena sorpresa también con una crema quemada, una bola de hielo italiana y un plato de chocolate caliente en su timbre, todo ello a precio muy razonable. Tentador también de salir de las fórmulas: la carta es atractiva con entrada, por ejemplo, nems de cabra caliente o con pelos de petunica, de plato rumbistak, pez espada o pollo en el marsala, y de postre con el queso de la frambuesa y de los especculoos. El ambiente es acogedor, el servicio es muy agradable, el marco respeta la historia del lugar, sin excesos y los pocos martillos y taquillas son realmente clins de ojo. Los espacios están compartimentados, y se encuentra bien, al 2, 4 o en grupo, alrededor de las altas y grandes mesas. Un buen lugar para adoptar.
Opiniones de los miembros sobre LA QUINCAILLERIE
Accueil , qualité, service, tout au top, bravo .
Ils sont super sympas et je ne suis jamais déçue !