LE DILEMME
Una bonita dirección con decoración oscura y clásica, productos frescos y precios razonables en Nantes.
A unos cien metros del antiguo palacio de justicia de Nantes se encuentra el Dilema. La decoración es sobria y clásica, el ambiente más bien íntimo y acogedor con estas luces suaves y las notas de jazz que rebotan en las paredes de piedra vista. No hay terraza sino dos salas: una en la planta baja y la otra en el primero. Fue la joven chef Elisa Pichaud quien tomó el caso. Tras un aprendizaje en el Monte Cristo en Vertou y en las primeras armas culinarias agudas en Inglaterra y Australia, ha vuelto al país con una sola idea: encontrar en los platos de su restaurante lo que le gusta encontrar cuando es cliente. En resumen, productos frescos y trabajados a precios razonables. Con el dilema, parece haber superado su apuesta. La carta es rica y los platos cuidados, como el magret de pato grablax y su puré de naranjas, la costilla de cerdo acompañada de su baba con especias o la mariposa de pescado y su wok de verduras y fideos de estilo chino. Para terminar, un plátano flamenco y su musgo ron y uva o la delicia de coing y su galleta con nueces de pécan. Una buena voluntad que también encontramos en el lado del sótano, ya que la carta de vinos, elaborada con la complicidad de un enólogo, reserva maravillosas sorpresas sin hacer que el presupuesto se robe. Por último, el dilema real es hacer una elección.