LA COTE SAUVAGE ET SES GROTTES
La costa salvaje de Pouliguen a Batz-sur-Mer está repleta de calas. Acondicionada en un sentido único, ofrece un carril ciclista y un sendero de aduanas bien delimitadas. Las cuevas forman parte de su encanto. Hay veintitrés. Todas están conformadas por la erosión. Entre ellas, la cueva de los Korrigans. La leyenda dice que los duendes desaparecían a cualquiera que atreviera entrar en su campo. A la entrada de la bahía del Sphinx, la cueva de las gemelas es, de todas, la más interesante. Puedes acceder por dos pasajes en forma de pasillos. Entre las aperturas de las gemelas, la catedral merece ser notada. A la entrada de esta cueva, la parte superior de la roca expone una mezcla rosa y verde pálida, y en el interior los paredes están tachados de arrastrados rojos. Llegados al extremo de la pista, dirígete a la avenida Moreau, podrá llegar a uno de los circuitos de Vélocean y continuar su estancia hacia Batz-sur-Mer. Un paseo por el perfume de Bretaña, ideal para olvidar las preocupaciones cotidianas. La costa salvaje es magnífica en cualquier época.
Jolis points de vue
Coup de coeur