2024
Recomendado
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2024
Crepería-salón de té con terraza centrada en lo casero con sus crepes salados/dulces, mar, tierra, versión vasca de los crepes
Aquí sabemos hacer crêpes según la pura tradición bretona. Ya sea para una pausa matinal, un tentempié rápido o un almuerzo gourmet, le encantarán las ingeniosas combinaciones de galettes dulces y saladas. Recetas cada vez más originales acompañadas del infaltable tazón de sidra, un zumo de frutas recién exprimido o un delicioso chocolate, todo para degustar en un ambiente acogedor, en la terraza de la calle peatonal o para llevar. Mar, tierra y versiones vascas: es ante todo la calidad de los ingredientes y el saber hacer lo que marca la diferencia.
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Opiniones de los miembros sobre QUAI 34
3.9/5
26 opinión
Valor para el dinero
Calidad de la cocina
Originalidad
Marco/Ambición
Servicio
Visitado en febrero 2024
Authentiques, généreuses, goûteuses, un moment gourmand à toutes heures.
Visitado en febrero 2024
The galette and the crêpe I had were amazing. Excellent service as well
Visitado en enero 2024
Service rapide bel accueil le crêpes délicieuses....
Visitado en enero 2024
Decidimos entrar porque nos gusto el detalle de ver en la puerta la carta también en castellano.
Nada más entrar te recibe un fuerte olor y niebla, sinónimo de no tener campana extractora de aire y que vas a salir de allí con el pelo y ropa bien perfumados. Aún así, decidimos quedarnos porque había una mesa libre y teníamos mucho frío.
Lo de la carta en castellano, un espejismo. La camarera no habla nada de castellano ni euskera, ni se molestó en intentar hacerse entender. No nos gustaron sus modales.
Los crepes, sin más y el chocolate a la taza, totalmente industrial.
El baño necesitaba una limpieza y no tenía papel higiénico.
No recomiendo para nada este establecimiento.
Nada más entrar te recibe un fuerte olor y niebla, sinónimo de no tener campana extractora de aire y que vas a salir de allí con el pelo y ropa bien perfumados. Aún así, decidimos quedarnos porque había una mesa libre y teníamos mucho frío.
Lo de la carta en castellano, un espejismo. La camarera no habla nada de castellano ni euskera, ni se molestó en intentar hacerse entender. No nos gustaron sus modales.
Los crepes, sin más y el chocolate a la taza, totalmente industrial.
El baño necesitaba una limpieza y no tenía papel higiénico.
No recomiendo para nada este establecimiento.
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Bénédicte & Arnaud