LA BAULE ET SES PINS
La Baule es su playa, y la ciudad jardín al abrigo de sus pinos. Estética hoy en día, los pinos primero tuvieron una función defensiva en un ambiente hostil. En una época en la que La Baule aún no existía, la arena había enterrado el primer pueblo de Escoublac. En 1810, Napoleón ordenó la plantación de pinos para conservar la duna de la costa atlántica. El trabajo que había que realizar era considerable: utilizar coníferas para fijar 700 hectáreas de dunas que constituían la aguja costera que unía las antiguas islas croisicas de Batz y Le Pouliguen con la meseta de Guerande. Fue creada, por la parte occidental, por la Société Benoît, que dio este nombre a este barrio de La Baule; por lo demás, por la Société des Dunes, dirigida por un empresario de Nantes, el Sr. Berthault. De la situación de estas plantaciones y de la creación de la estación de ferrocarril nació la estación balnearia de La Baule. A finales del siglo XIX, los árboles se convirtieron en un elemento real del paisaje y en el emblema de la identidad de la ciudad, situada en 650 hectáreas de pinar. La Office national des forêts se encarga de la gestión de sus 47 hectáreas de bosque desde 1999 hasta 2013, a través del Ayuntamiento de La Baule. Cada año se repoblaban 5.000 m² de pinos sobreenvejecidos.