La casa luxemburguesa Namur, de gestión familiar del Gran Ducado de Luxemburgo desde el siglo XIX, se encuentra en el paisaje gastronómico de los aficionados al mar. En las inmediaciones podrá disfrutar de la oportunidad de pasar momentos agradables en las inmediaciones de la catedral y del mercado cubierto. Una decoración sobria hace la parte bonita a las citas romanpolíticas-golosas o en momentos de auténtico placer gustativo. Una amplia selección de ensaladas y productos salados te ofrecerá una comida de calidad, mientras que podrás probar el descubrimiento de las numerosas pastelerías y de un chocolate caliente ondulado (con crema auténtica, algo que no sucede en todas partes). Por el lado de las pastelería, no te pierdas dos especialidades únicas en Metz: el Mont Blanc y la Juanita. La calidad es cada vez en la cita y sólo se lamentarán las tarifas un poco elevadas a la hora del almuerzo, excepto por una fórmula del día que propone una sabrosa pastelería de postre y una bebida. Pero parece que el placer no tiene precio…