IGLESIA DE SANTA TERESA
El trabajo de esta nueva iglesia del sur de Metz comenzó en 1938. El proyecto fue entregado al arquitecto Roger-Henri Experto, pero la misión terminó hasta 1954, después de la Segunda Guerra Mundial.
Su mástil de 70 m (que algunos comparan con dos manos juntas rezando o un palo de peregrino plantado en las carreteras humanas) fue construido en 1963. El edificio se distingue por su estructura de hormigón armado, material evocando las innovaciones arquitectónicas realizadas en Royan o en el Havre. Desde 1998, está protegido a los valores de los monumentos históricos. Un consejo coloca en el fondo, en el órgano, para apreciar mejor la pureza de las líneas y la penetración de los volúmenes. No hay transiete ni medias, sino una nave rectangular única en la pura tradición basilical. Las alamedas y un gran deambulatorio sirven para las capillas. Una de ellas está dedicada al culto de Santa Teresa del Niño-Jesús. En Navidad, no dejes de admirar el árbol gigante (ofrecido por la casa Nicolás) y la guardería moderna a personajes diseñados manualmente. Las verrillas monumentales (¡casi 1.060 m 2!) son obra del maestro lorrain Nicolas Untersteller, a quien se debe la técnica de las vidrieras-clérigos (cislas de cristal respaldadas por cemento armado). El rojo y el azul dominan el conjunto. Sin embargo, el Consejo de Fábrica (propietario de la iglesia) no deja de hacer frente al desgaste del tiempo, que estalló y grita esta poderosa nave de hormigón armado, de una fragilidad conmovedora.