BOUTIQUE BRAQUIER
Hacia 1220, un boticario de Verdun tenía una idea de genio: revestir almendras de miel y azúcar y hacerlas más estrictas para facilitar el transporte. ¡La dragada nació! El caramelo, convertido en un clásico de prestigio mundial, sigue siendo un símbolo de tradición y nobleza. El castillo de Coulmier, una pequeña confitería en 1783, es el armisticio de 1871, comprado por los señores Baquier y Boivin, que lo convierten en la primera fábrica de dragadas. Destruida en 1916 durante la batalla de Verdun, fue reconstruida y modernizada. Hoy es posible visitar esta fábrica de forma gratuita. Con excelencia, la tienda Braquier propone sus dragadas con múltiples acondicionamientos. Entre sus creaciones: cajas de costura, pequeñas cómodas guarniciones o la paleta de pintor. Para el centenario de la guerra 1914-18, Braquier creó gigantes republicanos y regetes de dragas azules, blancas y rojas. Desde el año pasado, la casa Braquier innova y reinventa el chocolate: de la roca pralinada de los tejas con los rayos de almendra pasando por la ganga, los balnearios o las tabletas de chocolate de origen del Perú… Novedad y nada de lo más mínimo: "Obus Braquier": el casco de chocolate negro en forma de obus explota para dejar escapar el dragón y los artilleros. Un concepto único del mundo ideal para los aniversarios, bautizos, comunicantes o bodas. La dragada ha encontrado un gran aliado.