PLAZA SAINT-PIERRE
Esta plaza está salpicada de monumentos históricos, como la iglesia de Saint-Étienne y el Hôtel de Florainville, monumento emblemático de Bar-le-Duc.
Junto con la calle de los Duques, la plaza Saint-Pierre, que existe desde el Renacimiento, es el lugar con más mansiones privadas y casas antiguas. Verdadero foro, fue escenario de acontecimientos que atraían a grandes multitudes. Como el gran torneo de 1559, que celebró la visita del rey Francisco II, acompañado de su esposa, María Estuardo, y de la reina madre, Catalina de Médicis. Otra fecha importante: en 1564, Carlos IX y su corte, incluido el poeta Pierre de Ronsard, se alojaron en la ciudad ducal. La plaza Saint-Pierre está salpicada de monumentos históricos: la flamante iglesia gótica de Saint-Étienne; el centro de detención preventiva, construido en sustitución del antiguo convento carmelita (1633-1792); y el Hôtel de Florainville, del siglo XVII, con su fachada de estilo alsaciano. Este último, adquirido por la ciudad en 1752, alberga desde 1949 la Cour d'Assise de la Meuse. María Antonieta de Austria, futura reina de Francia, se alojó aquí el 10 de mayo de 1770, justo antes de su boda con el delfín Luis. El número 25 es una magnífica casa medieval con entramado de madera y un balcón con ménsulas. Por último, en el número 29, una fachada del siglo XVII adornada con decoración clásica típica de la arquitectura barisiana, ventanas rodeadas de pilastras y rematadas por un frontón con volutas. En el corazón de la ciudad, la plaza Saint-Pierre sigue siendo el lugar emblemático de Bar-le-Duc. Sus terrazas, sus restaurantes y sus idas y venidas. Actualmente se está restaurando el bloque Halle. Un proyecto de gran envergadura que revalorizará la parte alta de la ciudad.