El Saint-Max ofrece cocina tradicional, productos frescos y, si es posible, regionales, así como una gran variedad de pizzas, in situ o para llevar. La recepción es dinámica y sonriente, y la carta pone en honor numerosos platos, con las deliciosas tablas del carnicero acompañadas de una ensalada, patatas fritas y salsa a elegir o las tablas del mar. La carne es de origen lorena y la calidad está en la cita. La carta cambia cada 2 meses. El foie gras casero, las lasañas de carne de vacuno también merecen la pena. Una selección de vinos te permitirá perfeccionar la comida, antes de terminar con una nota suave con un helado artesanal o un postre casero. Un restaurante que ofrece una buena relación calidad-precio por platos generosos. Más: un aparcamiento gratuito frente al establecimiento te permitirá aparcar muy fácilmente y una asociación con el cine real, en Saint-Max también te permitirá comprar un lugar reducido: uno se une al agradable. El Saint-Max se ha renovado con una fachada totalmente nueva y una entrada más accesible.
Il doit s'agir d'une des pires pizzas qu'il m'eût été donné de goûter!
Une vilaine pâte compacte, pas assez cuite. Couverte d'une sauce tomate beaucoup trop sucrée pour être autre chose qu'industrielle.
Ma dernière pizza surgelée du supermarché était bien meilleure, c'est dire!
Je ne sais pas ce que donne le reste de la cuisine, mais gardez vous des pizzas!