Restaurante que ofrece cocina tradicional con platos generosos.
La dirección sigue siendo un clásico entre los restaurantes del Lemosín y sigue haciendo honor a su nombre. El cambio de decoración, muy sobria, aporta un poco más de claridad al establecimiento. En el plato, nada ha cambiado y eso está bien. Platos generosos, declinaciones de los grandes clásicos de la cocina tradicional con un toque goloso, como los escalopines de ternera en salsa de los que, personalmente, no nos cansamos (por ejemplo, el catalán con jamón manchego que vemos envejecer en una vitrina recién estrenada, generosa en nata y queso), pero también los riñones, los tártaros y el famoso entrecot de 450 g. Gran variedad de cassolettes, ensaladas, pasta... Los postres también son tradicionales y generosamente servidos. La carta de vinos nos parece quizás el único punto débil de este restaurante, si es que se puede encontrar alguno. Toda la carta está disponible en la página web. Uno de los pocos lugares que sirven hasta tarde al final de la semana.
Je recommande si vous êtes amateur d'escalope de veau ????
Personnel stylé, attentionné, serviable et efficace.
Deux verres de sangria en apéritif : délicieuse.
Ce repas fut une merveille. Que ce soit la terrine limousine pour deux, la cassolette madrilène ou le feuilleté de ris de veau : tout était non seulement délicieux, mais aussi très copieux...
Accompagné d'un verre de vin bio sans sulfites et d'un verre de Pécharmant : excellents vins.
Le tout pour une addition très raisonnable au regard des mets servis.
Une adresse à retenir.
Et la prochaine, nous réserverons pour être bien certains de pouvoir y manger à nouveau.