PIERRE
El ambiente del salón parece la de un mercado, con sus acostumbrados que se conocen a fuerza de encontrarse allí, sus conversaciones que se unen y se deliran… A Pierre le encanta conversar y no duda en interrumpirse para saludar a los clientes que entre o enseñan las fotos de su fin de semana. A veces le conviene algunos retrasos, pero los fieles no lo tienen en cuenta. Probablemente porque saben que van a pasar un momento agradable y que van a salir con una copa adaptada a su morfología. Porque Pierre es visagista. Al primer vistazo, ya sabe la copa de la que le va a disparar. Basta con los recortes uniformes, sin alma, con la monotonía. No es necesario hablar o venir con una idea precisa, serías víctima de su franqueza. Hay que jugar el juego y usted puede confiar en este profesional y en su equipo. Parece que el cuerpo de Pierre está dividido: sus manos conducen mecánicamente su partición, sus ojos vigilan las idas y venidas de los transeúntes en la calle, pero su atención depende en su totalidad. Al final de la sesión, Pierre se convirtió en un familiar y el resultado está en la cita.