MANOIR HENRI IV
Casa solariega con terraza que ofrece productos locales y un menú corto.
En el viejo camino a París, esta casa solariega del siglo XVI es fácilmente perceptible gracias a su torreta. Residencia de Enrique IV cuando el rey vino a cazar a la Croix du Breuil con su amigo Sornin de la Plagne, entonces propietario del lugar, la residencia nos transporta varios siglos atrás en el tiempo: el cuarto trasero le deleitará con sus grandes vigas vistas, sus losas de granito en el suelo, sus nichos y alcobas, sus hermosas puertas de madera con cerraduras ornamentadas y su gran inglenook en el que el fuego crepita y se calienta en invierno. Es como una cocina de castillo a la antigua, con sus ollas y sartenes de cobre y su vitrina de porcelana. Propuestas gastronómicas entre lo gourmet y lo refinado que destacan los productos de la región: terrina de Limousin con cerdo negro y castañas, bife de limousin con salsa de tuétano, silla de cordero en corteza de limón confitado. El mar también está en el centro de atención con la natación de vieiras o vieiras. Pescado y carne del día. No se pierda los quesos de granja, algunos de los cuales vienen de la región, y sobre todo, deje espacio para el postre, ya que el chef sobresale en esta área: tiramisú estilo selva negra relleno de guindas, pastel de manzana invisible... El mapa es corto, lo que es un buen augurio. Una acogida profesional, siempre muy atenta a los clientes. Buena elección de vinos en la bodega. Una buena mesa cuyos precios se han mantenido estables durante mucho tiempo. Agradable terraza en el verano y hermoso parque.
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le cadre est agréable et calme, avec du cachet même, le personnel attentionné. Le rapport qualité prix est correct, le menu a 32,5O€ est très honnête, ma bavette notamment était cuite comme je l'avais demandé, ce qui est rare.
Un seul regret, la carte s'est appauvrie par rapport à 2020, par exemple le foi gras qui était délicieux a disparu. La crise du covid est passée par la et le restaurant a probablement du s'adapter...