LA IGLESIA

La esbelta silueta de esta iglesia parcialmente románica puede verse desde el momento en que se entra en el pueblo. El campanario-porche se caracteriza por una coquetería encantadora: el techo de pizarra sobresale sobre el rectángulo de la torre formando una base hexagonal de modo que uno puede imaginar el campanario coronado por un elegante sombrero. Construido en arenisca local, el edificio tiene una planta irregular debido a las numerosas alteraciones arquitectónicas que ha sufrido desde el siglo XI. En el interior: capiteles del siglo XII, un altar mayor del siglo XVII y su retablo de madera dorada, así como dos altas columnas cilíndricas que dividen el espacio en dos naves. Además de la curiosidad de un litro funerario del siglo XVI, las excavaciones han sacado a la luz un sarcófago de una mujer de los merovingios (siglo VII), que ahora ha sido restaurado y está expuesto en la iglesia. Otras características notables incluyen un horno de campana del siglo XIV y, sobre todo, una estatua probablemente del siglo XIII que representa a las tres órdenes: los que rezan, los que luchan y los que trabajan.