LA FOIRE SAINT-MARTIN

Desde hace más de 160 años, la Foire Saint-Martin es un ritual ineludible en todo el departamento de los Pirineos Orientales y más allá. Repartida en 4,5 hectáreas y acogiendo a 150 feriantes, es una de las 5 mayores ferias de Francia. Las luces deslumbrantes, el bullicio alegre, el olor dulce del algodón de azúcar, los chouchous, los olores cálidos y dulces de los crêpes, los gofres, los churros y las seductoras manzanas de caramelo son inagotables. Todos soñamos con irnos con un enorme peluche en los brazos, ¿y por qué no un smartphone, un helicóptero teledirigido o un dron? También es estupendo poder sentarse en una de las muchas terrazas y disfrutar de una paella, un buen bocadillo, un perrito caliente o una bandeja de deliciosos pommes-frites con una bebida caliente o fría a elegir. Es una forma estupenda de tomarse un respiro antes de volver a descubrir nuevas atracciones. Siempre reina un ambiente de buen humor, gracias a un servicio de seguridad de primer orden que vigila el recinto de forma discreta pero muy eficaz y, por supuesto, a la inefable amabilidad de los feriantes. También hay que destacar que la gente queda gratamente sorprendida por la limpieza casi ejemplar de la feria, con abundantes papeleras disponibles y aseos móviles en muchos lugares. El Parque de Exposiciones dispone de un gran número de aparcamientos gratuitos en las inmediaciones y de un servicio regular de autobuses desde la aglomeración Perpiñán-Mediterráneo. Todo ha sido previsto para que disfrutemos al máximo, y nada se ha dejado al azar en esta organización, magistralmente dirigida por Jean-Marc Sidrot. Es todo un mes de fiesta, alegre preludio de las fiestas de fin de año que atraen a más de 400.000 visitantes, siempre felices de haber pasado unas horas en este encanto que nos hace olvidar el tiempo y los problemas. Y luego está el 11 de noviembre, que puede ser el día de San Martín y el día del Armisticio, pero también es un día muy querido por los catalanes, porque durante todo el día es la feria de Camelots, también conocida como la feria de los puesteros. Desgraciadamente, por motivos de seguridad, en 2016 no se pudo ver a los 500 puesteros venidos de toda Francia, con su inimitable bagout. Al cierre de esta edición, no sabemos si se celebrará en el futuro.