Restaurante que transforma los productos frescos y locales en platos tradicionales.
Muy bien situado a orillas del lago de Naussac, la antigua cabaña de pesca ha pegado un buen cambio. En la bonita sala luminosa y moderna, o en la terraza, con los patos que vienen a por las migajas de pan, el lugar es paradisíaco y el trato muy acogedor. Uno llega a este restaurante con la sensación de estar comiendo o cenando en casa. Porque el chef se esmera en transformar los productos frescos y locales en sabrosos platos tradicionales. Servidos en una sala bañada de luz que se abre al lago, los platos tienen el sabor del auténtico Lozère: lasaña con verduras de temporada, quasi de ternera con cangrejos de río, cabeza de ternera, mignon de cerdo a la sidra... La zona de lounge permite beber cómodamente a sorbitos una copa o el café.
Je me suis régalé ! Je recommande
Cadre agréable avec une belle vue.
Nous sommes venus en famille pour une grande table de 8 personnes.
Tout le monde s'est régalé, des enfants aux plus grands.
Tout est parfait tant dans la quantité que dans la qualité et à un tarif très agréable.
Que demander de plus ?