IGLESIA DE ST. ROCH

La resplandeciente iglesia de Saint-Roch se puede admirar desde la plaza del mismo nombre y domina el corazón histórico de la ciudad. Construida en el siglo XIX en estilo neogótico, se levanta en el emplazamiento de la antigua iglesia de San Pablo, de la que se conserva el ábside abierto, al mismo nivel que la sacristía. Con su nombre, la iglesia rinde homenaje a la patrona de la ciudad, natural de Montpellier, patrona de los peregrinos y curandera de los apestados. Durante todo el año, el lugar acoge a creyentes, curiosos y peregrinos de camino a Santiago de Compostela o a Roma.