AU GOÛTER DE JEANNE
Reconozcámoslo, este pequeño restaurante del centro nos ha planteado problemas. Posicionado en una franja "cocina como en casa", no se puede reprochar a los patronos que sean agradables (lo que desgraciadamente es menos el caso del servidor que nos ha hecho cargo ese mediodía, educado pero realmente sin más) ni a los productos de estar frescos. El entorno, muy anticuado, tampoco hace soñar, pero todos sus gustos y no se pueden mantener rigurosamente a los chefs. El Renard del año pasado se había encontrado con un plato casi imbuido, que tuvo problemas con sus verduras demasiado cocidas, su carne filandreter… en resumen, no un desastre, pero no muy lejos. Así pues, hemos insistido y reprobado la experiencia porque este restaurante instalado desde hace varios años hace la unanimidad entre los comerciantes del barrio y nunca desbroza. Patrones agradables como todo, productos frescos, el truco se juega. La cocina es muy sencilla, sin florituras, sin florituras y ha bajado en calidad desde sus inicios, pero sigue siendo un lugar agradable para sus fórmulas del mediodía a precios muy agradables. Se come como en casa y quizás sea lo que atrae tanto a los comerciantes de la zona a menudo apurados que no tienen ganas de comer un sándwich. Aquí se come verduras frescas, pasta, o una tarta salada del día y postres caseros. Se llega sobre todo a la relación calidad-precio, se olvida la decoración en los platos o las cocciones perfectas, aún más la decoración. Digamos que se come bien a mediodía, sin extirparse, pero sigue siendo bueno y fresco.
Après y avoir été plusieurs fois, on y retournera pas
La tarte du jour au potiron était succulente et ce que j’adore par dessus tout ce sont les accompagnements ! Cuisinés à base de produits frais et de saison, vous goûterez aux champignons poêlés, aux blettes, au gratin dauphinois, petits pois, salade verte… une cuisine saine et équilibré mais surtout assaisonnée à la perfection !
En dessert je vous conseille le crumble qui est ultra gourmand ☺️