El Sushi Bar, llevado por el chef Olivier Calmé, con la complicidad de su esposa Flora, no está deslumbrado. En materia de sushi, es una referencia a Montpellier. Formado en la preparación del pescado crudo durante viajes iniciáticos en Japón, el chef hace todas las mañanas su mercado de lobo, salmón, atún, dorada, camarón, camarones, sellos que terminan en sashimi, sushi, nigiri, gunkan, futomaki… Las texturas y los sabores sutiles del pescado crudo se decantan por múltiples formas, que Olivier controla a la perfección. También puedes optar por una bandeja de comida que se puede llevar, que hay que recuperar in situ después de elegir en el mapa, disponible en línea. Apreciamos el servicio en el mostrador donde podrás admirar los chefs. Los platos desfilan delante de nuestros ojos y enseguida se ha vuelto con una nota salada.
J'avais un peu froid durant le repas
Difficile de trouver une place de parking