Stéphane y Stéphanie han creado aquí una de las nuevas y ineludibles moda de Versalles. Esta cantina elegante, que tiene el bar de vinos, se ha acondicionado de frescura campesina: paredes grises, baldías y vigas vistas, grandes mesas de madera o mesitas para enamorarse se organizan alrededor del bar. La recepción se quiere como en casa y es cierto que nos sentimos bien. Con la pizarra, un menú lo más corto, elaborado con productos auténticos, frutas y verduras procedentes directamente de la granja. Podrás saborear un "Croque del Chef" - fundido de puerros en la Cecina de buey y corazón de salmón ahumado, o un supremo de ave amarilla de las Landas, crema motardada y risotto con pequeñas verduras. Notemos que la casa exla en materia de foie gras, decretada según varios recetas (a la higue, a los frutos…). La fama de los postres, que son de los más golosos, ya ha recorrido la ciudad: se puede probar la famosa brookie (el netón directo del brownie y la galleta), o le gusta una tarta crujiente con limón y yuzu. Por la noche, se optará por una tabla de queso o charcutería, con una copa de vino o una copa de champán. Y un jueves por la noche, se reserva para la noche de vinificación, en cinco platos, con acuerdo y vinos. Un pequeño establecimiento moderno y acogedor, sin parangón, como faltaba en Versalles.
Este establecimiento también figura como :
le saumon était accompagné d'un risotto crémeux et d'une boule de citron vert, ce qui permet de le manger sans se sentir dépassé, et le caviar était très petit, ce qui permet de goûter de nouvelles saveurs à chaque partie.
le steak a été finement grillé, roulé avec des champignons et recouvert d'une tartinade de pommes de terre et de potiron ; il était tendre et délicieux. la crème brûlée à la mangue est également recommandée !
j'aime aussi le fait qu'ils servent de l'eau du robinet dès l'entrée, et les baguettes sont délicieuses.
Notre serveuse était sympathique et serviable.
Une soirée merveilleuse !
Petit bémol sur le prix des plats et desserts un peu élevé.