CHEMIN DE HALAGE ET BERGES DE L'OISE
Hermosos pontones de madera rehabilitados en Eragny, que ofrecen un verdadero golpe de efecto en términos de preservación del medio ambiente
Se trata de un itinerario que puede seguirse río arriba y río abajo desde Eragny, pero que aquí adquiere un cariz muy especial. Un poco de historia: durante mucho tiempo abandonadas a su suerte, las orillas del Oise sufrieron aquí una verdadera metamorfosis cuando el ferrocarril llegó a Pontoise en el siglo XIX. Piense que los parisinos podrían venir aquí para encontrar todas las actividades de ocio que lógicamente eran imposibles a lo largo del Sena. Aquí proliferan las guinguettes y los hoteles, lo que convierte a Eragny en una ciudad de ocio y diversión. Durante décadas, los pescadores paseaban por las orillas del Oise, mientras otros bailaban, se divertían e incluso se bañaban. Los lugareños no se quedaron atrás y, como buenos lugareños, se unieron a la diversión. Luego, poco a poco, las riberas fueron abandonadas: su encanto permaneció intacto, pero la facilidad de transporte y las aspiraciones de los parisinos les llevaron a empujar hacia el mar. En la década de 2010, las riberas del río, que estaban muy deterioradas, fueron objeto de una amplia rehabilitación. Y qué resultado: aquí se han realizado obras de ingeniería vegetal que dan a la naturaleza un lugar predominante, favoreciendo caminos verdes y especialmente agradables. Bonitos pontones de madera adornan el conjunto, que se puede recorrer a pie o en bicicleta, porque aquí, lógicamente, ¡no hay desniveles! Un verdadero favorito para este sitio, que es ejemplar en términos de preservación del medio ambiente.