SIMON
No se trata de salir sin pepinos en la capital, sujeta a un tiempo lluvioso en cualquier época. Precisamente, esto está bien. El paraguas de Simon es un asunto familiar. La empresa se fundó en 1897 y la tienda llena de sello se transmitió desde generación en generación. Ahora está gestionada por Chantal, Emmanuel y Valerie, que tienen un sentido del servicio al margen. Sonrientes y cálidos, sabrán convencerles de invertir en un paraguas de calidad. Con una amplia gama de los mejores fabricantes franceses (Guy de Jean, Piganiol, Pierre Vaux…) y algunas garras de lujo (Longchamp, Chantal Thomass, Jean-Paul Gaultier.), imposible tomar el agua. Del clásico al sofisticado, negro o multicolor, con un mango de madera esculpida o no, hay para todos los estilos. Simon tiene un taller para reparar su paraguas o crearlo según sus deseos. El más: un radio de caña y otro reservado para las ombándanas. Muy elegante.