Restaurante en París que prepara especialidades tibetanas, algunos platos mongoles y una cerveza de cebada tibetana.
Entre paredes de piedra vista, adornadas con paneles decorativos que recuerdan que el nombre del restaurante es el del lago tibetano más grande, lejos del Dalai Lama. El viaje en el tiempo y el espacio se completa con una selección de especialidades tibetanas como la sopa a la tsampa (harina de cebada asada) y los momos (raviolis servidos con salsa picante) a las verduras o a la carne para regar una cang, esta cerveza tibetana a base de cebada. También hay algunos platos de Mongolia como la famosa fondue. Las cantidades son importantes, la calidad lo es mucho menos. Los más aventureros pueden probar el té con mantequilla de yack, muy rica y sobre todo muy especial para los europeos… El restaurante también se convierte en una galería de exposiciones temporales.
La cuisine est excellente et originale.
Bon, ceci dit notre voyage fut perturbé par la table de 4 retraités qui ont discuté héritages et notaires tout le déjeuner jusqu’à émettre l’idée d’engager un tueur à gage.
Sinon, un vrai voyage culinaire.