Brasserie gay friendly gracias a su ubicación estratégica entre el Marais y su extensión al otro lado del bulevar Sébastopol, así como a Châtelet. Uno de los innumerables opus del grupo de los cubos, con sus cualidades y defectos. El interior es acogedor y da ganas de quedarse horas para leer, una mezzanine permite tener una visión general de la sala. La inmensa terraza que da al paraguas de Beaubourg es ideal para los curiosos, pero también los flagelos, incluso los dragadores. La carta no se renueva mucho, pero se puede encontrar su felicidad con un tártaro -excelente- una ensalada César -una de las mejores de París- o la escalope milanesa - de una fineza de buena aloi. Un billete mediano, pero las posibilidades de picoteo que propone la carta permiten moderar la cuenta. Un clásico del barrio, ideal en la terraza para ver y ser visto.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Opiniones de los miembros sobre CAFE BEAUBOURG
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
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Ici, j'y suis allée seule et je dois dire que le service n'a pas été à la hauteur. J'ai été expédié, on m'a limite fait comprendre que mes questions sur les plats étaient trop longues et empêchaient le serveur d'aller s'occuper des tables plus nombreuses. C'est un restaurant très bon avec une bonne ambiance, mais force est de constater que nous ne sommes pas les bienvenus si nous venons dîner seul. Je ne parle pas de prendre un temps pour travailler avec un ordinateur, dans le cas le restaurant semble ouvert. Je parle vraiment d'un dîner simple en tête à tête avec soi même et son repas. Je me faisais un plaisir de retourner y manger et ça a été très froid comme expérience.