CAFE BEAUBOURG
Brasserie gay friendly gracias a su ubicación estratégica entre el Marais y su extensión al otro lado del bulevar Sébastopol, así como a Châtelet. Uno de los innumerables opus del grupo de los cubos, con sus cualidades y defectos. El interior es acogedor y da ganas de quedarse horas para leer, una mezzanine permite tener una visión general de la sala. La inmensa terraza que da al paraguas de Beaubourg es ideal para los curiosos, pero también los flagelos, incluso los dragadores. La carta no se renueva mucho, pero se puede encontrar su felicidad con un tártaro -excelente- una ensalada César -una de las mejores de París- o la escalope milanesa - de una fineza de buena aloi. Un billete mediano, pero las posibilidades de picoteo que propone la carta permiten moderar la cuenta. Un clásico del barrio, ideal en la terraza para ver y ser visto.