YONO BAR
Con el cierre del íntimo Chez Richard y la inauguración del Yono Bar, se esperaba ver una curva japonesa de este club instalado fuera de la calle, gracias al gran porche que lo separaba del bullicio del Marais. No es así. El lugar no tiene nada de asiático, pero afortunadamente todo para hacer una fiesta. En la primera planta, un pequeño restaurante, en la planta baja, un primer bar-decoración blanca de blanco, claro pero al mínimo. En el entresol, una primera bodega de ambiente más trabajada, mezcla entre las paredes de piedra vista, el bar cónico y los mosaicos. En el sótano hay una gran bodega con lámparas de araña y dos pantallas gigantes para proyecciones de vídeo en las que se producen los live y, por último, un pequeño restaurante en la planta. El Yono apuesta por los resultados de los DJ y colectivos y busca siempre nuevos sonidos.