PÂTISSERIE BONTEMPS
El reloj, todo el mundo conoce. Pero el reloj de Fiona Leluc sale del conjunto. Esta joven, cuyo padre tiene una mesa libanesa muy conocida, ha abandonado el mundo de las finanzas para el más soft de la pastelería. El Líbano ha conservado gustos y sabores orientales, pero con un marido bretón imposible de escapar de la mantequilla salada y del arenado. Entonces,¿por qué no decretar este pastel para convertirlo en el producto faro de su pastelería? Una excelente idea, ya que nos conformamos con su saboreado en gianduja que acompaña a maravilla un té o un café. ¿Y su sabio sabio del París-Brest, donde la crema pralinea muy fina está coronada por un trozo de avellanas del Piamonte ligeramente torreficadas? Un placer… Se teme citar el fruto de la pasión, al plátano flamenco caramelo, etc. Todos esos sabores, muy poco dulces, se funden, ligeros y sus corazones flotantes. Se decantan por una parte individual o en un formato más familiar, a veces en forma de flor. Otra sorpresa sorpresa: un pastel de limón extremadamente perfumado. En esta tierna aventura Fiona ha llevado a su hermana Fatina, una fotógrafa que tiene el ojo por la decoración. El marco de la pastelería tiene todo un dormitorio en el que, en cambio, no se agradece el placer…