Si se busca la relación entre el Butriaure y los viajes, en primer lugar se descubrirá que, en la mitología griega, el bucentauro no es más que un centauro (hombre a cuerpo de caballo) con cuerpo de toro. Aparte de la galopada de la que es capaz una criatura semejante, pero que no puede llevarlo lejos, no se puede ver nada relacionado con los viajes. En cambio, al enterarse de que el Bucentauro (italiano Bucintoro) era un edificio de desfile que se servía en Venecia para celebrar el matrimonio del dux con el mar, esta vez se encontrará uno de ellos eminentemente poético y sugerente. La persona que ha colocado su actividad bajo tal bandera eligiendo ese nombre, programa de sueño e historia por él solo, es Beatrice Lubin, conferenciante diplomado de la Escuela del Louvre. Su propósito es animarlo, con toda su ciencia y pasión por su oficio:
Visitas de museos (nacionales, Ciudad de apuestas, otros museos parisinos, museos de alrededores de París) Notar museos que no suelen incluirse en el programa de visitas turísticas, como el Museo de Artes y Oficios o el Museo de la Asistencia Pública, por ejemplo.
Visitas de monumentos, donde también, en este caso, Béatrice Lubin ha inscrito en su programa lugares que están un poco alejados de las rutas migratorias de las grandes manadas de turistas: la Sorbona, el Couvent de las Carmes, el Cementerio Picpus, la antigua abadía de Port Royal y otros…
Visitas de barrios históricos.
Conferencias diapositivas (entender la pintura, la escultura, historia de Francia, el mobiliario, la moda, las civilizaciones, las religiones, Nuestro patrimonio).
Si quieres hacer turismo en París cuando eres Parisien, el Bucentaure está perfectamente adaptado.