Parada gastronómica con terraza que ofrece sopas revisitadas, postres imperdibles y ravioles crujientes.
Entre tradición y modernidad, al igual que el barrio Saint-Fargeau en el que se encuentra, esta escala gastronómica despierta nuestro apetito de antaño, como el pechugo de cerdo. Para sopas revisitadas, como el caldo con guisantes y el dinero. Para postres indeseables: se guarda en memoria el fluido de chocolate, irresistible. Para las ravioles crujientes de fresa, se vuelve para el maki de salmón y para el risotto cremoso. En la sala a la antigua, no en la terraza que bordea la infatigable avenida Gambetta. Antes de tomar asiento en las sillas de bistró de madera barnizada, podrás ver tus pies, ya que el embaldosado con motivos estilizados merece la pena.
Opiniones de los miembros sobre CHÉRI CHÉRI
Magnifique expérience culinaire.
Service parfait.
Bruyant sans besoin de rajout de musique.