Bistró de Montmartre, con piedra vista, que ofrece una comida sencilla, práctica y buena.
Es un bistró montmartres con sus piedras vistas y sus carteles de otro tiempo. En este pintoresco entorno, acostumbrados y turistas se acuden a degustar la cocina de un chef que ha hecho sus armas en Paul Bocuse: Ludovic Janssen. Ludovic, en la cocina, hace del simple, del práctico, en breve, del bueno. Las ravioles de Royans, grandes caracoles o un crujiente de St-Marcellin con miel para empezar la comida, besar luego gambas negras en la Provencale o un bonito ratón de cordero con 4 horas. Imposible levantar el campamento sin devorar una magnífica panecilla de pan perdido o un vaquero con crema de marrón. En resumen, un bistró de casa que satisfará al mayor número de personas.
Lo consiglio vivamente a tutti coloro che vogliono mangiare bene a Parigi
Bon accueil, bon service et délicieux ????