Pequeño restaurante de París que sirve cocina franco-japonesa y pescado.
Inaugurado en junio de 2016, este pequeño restaurante de 14 plazas se ha convertido rápidamente en una de las mejores mesas japonesas de la capital. O más exactamente franco-japonés, ya que la cocina ofrecida por los dos jóvenes chefs combina con una inventiva y una elegancia raramente las dos culturas gastronómicas. El menú degustación que propone la noche es un festival de sabores: tartare de atún rojo, amarillo de huevo sobre cama de avena, cáscara y cuchillos con hierbas aromáticas, bar con mochi y pulpa de pomelo, foie gras con higos negros… El despiece de peces, las cocciones realizadas delante del tepanyaki, las uniones en el plato son de una precisión milenaria. Aunque la carta es muy corta en lo que se refiere a los vinos, pero con hermosos frascos de blanco, en particular (Saint José de Cuilleron y Savennières), encontrarás una selección más interesante de sakés cada uno de ellos. Joel, el maestro del lugar, aporta todo su conocimiento y su amor de Japón a lo largo de la comida para hacernos aún más apreciada esta cocina definitivamente excepcional.
Un grand merci !
Nous avons commandé le plat à 100 euros, qui comprend 15 sushis.
Les sushis commençaient par du riz cuit à la vapeur dans un pot en terre cuite et des sashimis, puis deux pièces de nigiri étaient préparées à un bon rythme. Le summum était l'anguille. Elle était moelleuse et fondait dans la bouche. J'étais très heureux de pouvoir manger des nigiri aussi délicieux, même à l'étranger. Il y a également eu quelques surprises, comme les sushis saisis et les rouleaux de main aux œufs de morue et aux calamars, qui étaient délicieux jusqu'à la fin.
Comme d'autres l'ont dit, le prix était très raisonnable et la personnalité et l'hospitalité du propriétaire étaient très agréables.