Bistró con terraza en París que sirve cocina local y clásica, abierta y familiar.
Se puede disfrutar de la cocina local en este bistró, con un estilo rústico de estilo rústico en las paredes y techos de madera. La sala se calentó en invierno por la chimenea y un porche permite comer en plena luz. Tiene un pequeño aire de Bretaña con sublimas terras de pescado casero siguiendo las llegadas, ostras de Cancale, un crujiente de la espalda del bacalao y de Guémené. Por lo demás, la cocina es clásica, franca y familiar, como los riñones de ternera o el cuadrado de cordero con hierbas. Para concluir, el ineludible koumont-amann. Por lo tanto no hay nada superfluo, ni chichones ni frutidos… El jefe va a lo esencial y está llenando nuestros palacios.
Nous avons été bien accueilli.
Bien mangé, le magret était fondant.
Les coquillettes truffes gourmandes.
En revanche, les prix sont élevés!