El Padre Conejo, antigua guincura, se ha convertido desde hace mucho tiempo en un famoso restaurante en Suresnes, y muchos suben a las alturas cuando se hace sentir un poco de hambre. En invierno, acuden al fuego de madera en la chimenea, en primavera para instalarse en la terraza cubierta y en verano para disfrutar de las pocas mesas en el jardín adoquinado - algunas ofrecen unas vistas inesperadas en la torre Eiffel. La carta se renueva regularmente: terrina de foie gras de pato del Lot al vino tinto, chutney de chalotes y uva, cocota de cerdo con curry verde y leche de coco, arroz basmati con forma pilaf son totalmente representativos de la cocina aquí, original y sabrosa. Cabe destacar los postres. Cuidado, el coste es prohibitivo, pero la experiencia se dejará tentar.
Le resto est magnifique à l’intérieur, ambiance très cosy et les serveurs sont très sympas ????