Parada gastronómica con bodega abovedada que presenta un menú de estándares hexagonales.
Se trata de una institución en Neuilly, celebrada desde principios de 2013 por Patricia y Pascal. Paredes de piedra, cuadros numerosos, bonitas fotos y una luz tamizada, una bodega abovedada para degustar una comida con total discreción en un decorado hecho de autenticidad y de grandes vinos cuidadosamente embalados, no hay preocupación, el lugar ha conservado su encanto tan particular. La carta también está cuidadosamente colgada de las normas hexagonales, ya sean de casa, tártaro o pan perdido. No hay preocupación, este lugar frecuentado desde hace años por el equipo del Pequeño Fué sigue mereciendo una etapa gastronómica -por cierto, el lugar está legítimamente plebiscito.
Ce n'était pas un bon début MAIS à la fin c'était un très bon dîner
L'atmosphère est très spéciale avec une touche ancienne de bistrot parisien
Après ce début difficile, le propriétaire et tout le personnel se sont révélés très gentils et amicaux
La nourriture est correcte
Pour le vin, on vous demandera de descendre à la cave pour choisir vous-même votre bouteille
En termes de prix, ce n'est pas un endroit bon marché
Il est certain que je reviendrai ! !!