A los pies de las torres de La Défense, el Ballon d'Alsace tiene un cierto éxito. Abierto a la hora del almuerzo, mientras que la vida se agite en el barrio de negocios, cierra la noche cuando la noche retoma sus derechos. En un entorno limpio y elegante, uno se deja tentar por una gran variedad de platos realizados por el chef de los lugares como ravioles con trufas, nems de buey con curry, baby de Angus, nuez de Santiago, de antaño de anguila, del tartare de salmón o de las bonitas ensaladas. queso de queso blanco, nado de litchis y cítricos, tarta de manzana, gran macé de chocolate… La fórmula "Ballon" permite a los más ansiosos comer tranquilamente sin pasar demasiado tiempo en la mesa. En cuanto a la fórmula de negocios, es todo lo contrario. Se creó para aquellos que quieren seguir trabajando mientras comen la red de lata con una copa de champán o un cóctel de zumo de fruta.
Alors que le restaurant disposait de beaucoup de places, nous avons été placés dans une salle sombre a côté des cuisines, à la décoration très vieillote et sentant le tabac froid...Le Service a été déplorable(les tables n'étaient pas dressées) très brouillon...les plats insipides, dignes de la restauration collective d'entreprise.
Je regrette d'avoir fait subir cette expérience lamentable à mon groupe.
Il faut vraiment éviter ce lieu.