Establecimiento bien situado en el centro de la ciudad con una agradable acogida y un servicio rápido con un menú clásico.
Cuando se habla de institución rumana, se habla obligatoriamente del Bar de las Flores. Cualquiera que sea el momento, todo el mundo tiene su cuenta. Por la mañana, los madrugadores apreciarán un café muy ajustado detrás de sus grandes cristaleras. Al mediodía, clientela de barrio, estudiantes, comerciantes se reparten para intentar tener una mesa en la terraza. Por la noche, el Bar de Flores acoge a los cinéfilos y a otros amantes de los espectáculos que pueden comer hasta muy tarde. El establecimiento goza de una ubicación ideal en una de las plazas más bonitas del centro de la ciudad, con árboles centenarios. En cuanto a los hornos, la carta es sencilla y clásica, con platos generosos: arenques con aceite, sopa de cebolla, hamburguesa normanda, entrecrutas, ensaladas compuestas y tablas que compartir… El servicio es rápido y la acogida es muy agradable.
Este establecimiento también figura como :
Les prix sont tout à fait raisonnables et la cuisine maison. Le service était rapide.
Nous avons apprécié la gentillesse des restaurateurs qui se sont montrés serviables et arrangeants par rapport à nos demandes.
Nous recommandons !
Boissons servies 15 minutes après les crêpes.
Une bière chimay servie en galopin et plate !
Bref un scandale pour les prix affichés.
C’est du vol !