Brasserie que ofrece especialidades creativas y refinadas, platos caseros con productos frescos y de temporada
Esta pequeña brasserie del barrio de Saint-Rémi tiene todas las papeletas para convertirse en una de las grandes Al igual que sus propietarios, el restaurante de Mathilde y Franck desprende buen humor y cordialidad. En la cocina, el chef Julien Pierlot está al mando para deleitarle con sus generosas y refinadas creaciones. Aquí, todos los platos son caseros, con productos frescos y de temporada. El menú del día es suficiente para hacernos la boca agua: filete de cabracho y su puré de estragón, mayonesa de atún al estilo tarta de queso, lomo parmentier... y no olvidemos la guinda del pastel: ¡los postres! Nos vendría bien un poco más, ¿no?