Kiwi Bar o cómo disfrutar de la ciudad, de las calles peatonales sin caer en la trampa de atrapar turistas. La asociación ha rehecho su fachada, muy bonita, y ofrece una zona de restauración a precios inmejorables. Por menos de diez euros, usted obtiene un menú completo. Los platos son frescos, se sirve el escalope a la crema con un tarro de salsa en caso de ser codicioso. El plato del día varía, al igual que su nombre, cada día. Las verduras son a elección del cliente. El personal es medio profesional pero también está en formación. Algo más: puedes participar redondeando tu factura, con la "comida suspendida": el principio es simple, pagas un café, una comida extra, y se añade en una pizarra. Cualquiera que no pueda permitírselo se beneficiará.
Parfait !
Personnel très agréable.
Bon rapport qualité prix.
Allez-y pour vos papilles, pour votre budget et vous soutiendrez un projet de réinsertion.