Este kebab se considera el mejor de Troyes. Se comprende por qué desde la entrada. Es limpio y neto, de la cocina en el baño. Trabajamos en familia. Cada uno tiene su tarea en la cocina. La sala de este restaurante turco puede contener unas veinte personas. El ambiente es ligero y está orientado a Turquía. No hay pantalla ni música de ambiente. Aquí se viene para comer y discutir entre amigos. La fórmula sándwich, patatas fritas y bebida cuesta 7 euros. En la media de un almuerzo rápido. Los ingredientes son tradicionales, pero respiran la frescura. El miedo a ver la carne en torno al broche desde hace tres días está disipado por la seriedad de los titulares. Pruebas adicionales, el cocinero lleva guantes. El col sustituye a la ensalada, es originalidad entre los otros establecimientos de este tipo, con un zeste de chile. El aceite no corta el pan sólo tostado y sopla a la vez. Sí, podemos disfrutar de un kebab.